Siempre que llega una fecha especial se esperan ansiosamente los regalos. Si tenemos suerte hay alguien ahí afuera que nos regala siempre lo que queremos. Los más sinceros e inteligentes piden una lista, pa' no errarle y siempre dar un buen regalo.
Sin embargo, lo que acabamos escuchando la mayoría de las veces es a alguien quejándose por lo que le regalaron; que si está feo, que si no era lo que quería, que si el color no me gusta, que si algo hizo y por eso fue el regalo...
Pues bien, he aquí unas de las quejas frecuentes de los que compran regalos.
1. Llega el cliente y empieza a ver. Le gustan 3 o 4 objetos que cree lucirían muy bien en el afortunado al que le regalará al menos unos de esos objetos. Todo es perfecto hasta que pregunta el precio. Su rostro se desencaja, pierde la compostura y exclama: "¡Tan caro!" aunque cueste menos de $100 "Si nomás lo quiero para regalo." Luego mira al vendedor y pregunta "¿No tendrá algo así, como que más baratito, pero igual de bonito?" El vendedor sonríe mientras piensa pinche tacaño y busca algo como lo que le piden. (A esto le llamo: regalo por compromiso o bien Pa'l santo que es y los milagros que hace)
2. Llega el esposo (novio, amante, amigo con derechos, prospecto, pior-es-nada, o como ustedes gusten llamarle) y empieza a ver. Se engancha con un par de cosas y las mira como si temiese se escaparan. El vendedor pregunta inocentemente "¿Cuál se va a llevar" y entonces el pobre hombre lo mira desconsolado y suspira antes de decir: "Me encantaría llevarme este, pero siempre que le llevo un regalo se enoja. Siempre dice que gasto el dinero en estupideces, que debería ahorrar, que no pienso en el futuro...el otro día hasta de tener a otra mujer me acusó..." El pobre hombre vuelve a suspirar, el vendedor, temeroso de acabar de consejero matrimonial o cantinero, busca entonces algo para el caballero. El hombre entonces sonríe y le dice al vendedor, mientras se prueba algún artículo que le sienta bien: "Y pues ya no le llevo nada a la muy desdichada..." (Moraleja: Si se va a enojar de todos modos, mejor me gasto el dinero en mi)
3. Llega el 'regalador' y empieza a ver la mercancia. Después de mucho observar aún luce indeciso. Las frases comunes de este tipo de buscador de regalos son: "Estoy buscando algo así como para una... (niña, adolescente, chava así como de tu edad, una señora de unos 40 años, mi abuelita... [aplica también para caballeros])" El vendedor trata de hallar algo universal que se ajuste a semejante descripción y se lo enseña. El posible comprador pregunta "¿Usted cree que le gustará? ¿No está así como que muy (corto, largo, cursi, masculino, femenino... en fin el pretexto que les venga a la mente)?" El vendedor suspira... "Todo depende de los gustos de (dejémoslo en el afortunado" El 'regalador' acaba por escoger la peor de las piezas y luego duda... "Es que nunca se pone lo que le regalo" El vendedor sonríe y entonces ofrece una solución, ya que no hay quejas por el costo sino dudas de estilo: "Permítame ofrecerle esto" Le enseña un cartón con la leyenda : 'Vale por...' (Moraleja: Ante la duda, no compre, mejor lleve una Tarjeta de Regalo)
Las frases más comunes de los que acaban por no comprar un regalo son:
* Ni se lo pone
* Ni le gusta
* Pa' que se lo llevo, pa' que acabe por ahí arrumbado
* Se enoja si no le llevo, pero me va peor si le llevo
Así que recuerden: A caballo dado no se le ve colmillo; además, siempre queda la bella tradición del reciclaje de regalos...
20120214
20120210
Ocaso
En un ocaso olvidado, pasadas las 4 de la madrugada… después de una perpleja apertura de espíritus…donde la luz de un corazón me hizo dar cuenta de la oportunidad q había perdido, olvidado. Anonadado recordando casi añorando q el espíritu no esta solo, sino siempre acompañado y una luna casi nueva, empieza la nueva era casi brillante, casi deslumbrante donde la reencarnación de un corazón, idea asomaba el cenit… Finalmente al paso de unos minutos llego a su hora cero, tambaleante, cesó su pensamiento, cuyo deseo dormiría para volver al siguiente día… a ver lo q había pensado que al principio dios y el entendería, y al final del día, solo dios descifraría…
Calavera
¿Por qué lloras mi niña?
Lloro por mi Calavera
La había dejado aquí tirada
Y no la encuentro ahora.
No llores mi niña,
no extrañes a tu Calavera,
no se ha ido para siempre,
ya verás que pronto vuelve.
¿Y qué tal si nunca vuelve?
Me ha abandonado para siempre
¿Que voy a hacer sin ella?
He perdido una estrella
Lloraba la niña tan desconsolada
Por su Calavera que no volvía
Y su llanto a mi me parecía
El origen del desencanto.
¿Dónde estás Calavera?
¿Dónde te has metido?
Vuelve pronto yo te pido
Que mi niña aquí te espera.
Diosa
Frágil intento de diosa
Perdida en recuerdos de porcelana
Yo, que no sucumbo ante nada
Me habría postrado ante ti
Y tu cuerpo sin alma
Mas lo que de ti valoro
Es lo que de ti me separa
La frialdad de tu cuerpo de yeso
Que mi andar vuelve siniestro
Por el calor que no puede brindar a mi cuerpo
Tus labios, dulces trozos de granada
Que a mi alma tienen envenenada
Porque de ellos no recibo nada
Tus ojos, joyas a tu rostro engarzadas
En los que no he puesto nunca mis esperanzas
Porque en ellos sólo percibo una funesta mirada
En fin, toda tu, con tu danzar de ninfa,
Intemperante, epicúrea, exuberante…
Gitana impulsiva, perteneciente a todos
Pero sin dueño alguno…
Sí, me habría postrado ante ti
Ninfa y gitana, si fueras algo más
Que el deleznable boceto de una cosa sagrada.
20110913
La aterradora experiencia de Alan Wake
Un buen amigo me dijo: mira, vamos a jugar esto, me tardé una semana entera en descargarlo… Lo miré, no con desconfianza, sino al contrario, él sabe el tipo de juegos que me gusta jugar. El juego era Alan Wake de la desarrolladora finlandesa Remedy…
Pero no se asusten, lo aterrador no tiene nada que ver con el juego en sí mismo, que de hecho es bastante intuitivo, hay que seguir el camino amarillo mientras se combate contra unos seres, no diré monstruosos, pero sí inciertos y oscuros a los que hay que iluminar para poder derrotarlos. Pero no, tampoco eso es lo aterrador, una vez que se acostumbra uno a los controles todo el proceso de batalla resulta ser muy sencillo. Nuestras armas: luz (en forma de lámparas, bengalas, linternas, reflectores…) y pistola, escopeta, fusil… según avancemos y según nos acomodemos mejor.
Hay una variedad interesante de personajes, incluso nos encontramos con ese personaje extraño, típico de la estructura del viaje del héroe, mezcla de “The Crone” (un personaje un tanto deforme, viejo y feo; la traducción literal de la palabra es bruja) y “The Fool” (un personaje que aparentemente está loco, pero en su locura es sabio). Este personaje nos advierte que nos alejemos de la oscuridad… a uno le queda la impresión de que debió hacerle caso justo después de salir de la cafetería…
Tiene una estructura tipo serie de televisión, dividido en capítulos. Una narrativa un tanto lineal, pero no por ello mala. Las páginas del libro que se recogen durante el camino nos hacen un recuento de lo que hemos pasado en una versión literaria muy interesante. Las gráficas son buenas, aunque pasé casi todo el tiempo metida en un bosque y de noche, sintiéndome como una palomilla que va hacia el foco sólo para quemarse las alas.
Entre los detalles literarios que encontré… oh, pero no sé si deba decir eso… bueno, en realidad encontré varios elementos que pueden estar dentro de lo que se llama viaje del héroe, unos seis al menos, lo que me parece interesante, pues no había encontrado tantas similitudes con un trabajo literario en un videojuego. ¿Y el malo del cuento? Pues la verdad, no lo conozco, aunque tengo mis teorías: contra los que peleamos son sus esbirros, nada más que eso.
Para algunos esa sensación de vivir un constante dejà vu a lo largo del juego es un error dentro del juego, para mí eso le da una mayor impresión de pesadilla, de sueño interminable en el que no importa lo que suceda, todo sigue igual… es cuestión de gustos, supongo. Si para estas alturas te estás preguntando qué demonios fue lo aterrador, prepárate porque estoy a punto de revelarlo.
Normalmente no me asusto con facilidad y en realidad, para el jugador común puede no ser muy aterrador este juego… lo que lo volvió aterrador para mí fue el hecho de que el personaje es escritor… un escritor al que sus creaciones persiguen y tratan de matar… Eso, más que todos los zombies, monstruos, engendros, asesinos, extraterrestres o lo que gusten a los que me he enfrentado durante mi vida gamer; ESO es lo más aterrador que existe, justo después del “bloqueo de escritor.”
La Larga Espera
Todos los días, al levantarse, lo primero que hacía era ir hacia su calendario y marcar con una X de color negro el día que comenzaba; luego contaba, uno por uno, los cuadros que faltaban para llegar a la otra marca, el círculo rojo que envolvía el día 20 del noveno mes… faltaban veinte días exactos…
Ese día en particular recordó aquellos días cuando no tenía consola en casa… esos días de época universitaria cuando no podía comprar una y mantener sus estudios, pero que podía darse el lujo de gastar $10 para ir a jugar a uno de esos “antros de perdición” como solía llamarlos su mejor amiga. ¿Cuántas horas pasó jugando Gears of War 1? ¿Cuántos días? ¿Cuántas semanas? ¿Cuánto dinero había gastado? Ahora que lo veía hacia atrás se daba cuenta que hubiera podido ahorrar ese dinero y… pero eso no importaba ya como no había importado en ese entonces… lo que importaba, hacía 5 o 4 años y ahora era sentir la adrenalina correr por su cuerpo mientras sostenía el control en sus manos… Se miró al espejo, aparentaba ser mayor de lo que era, nadie pensaría que él era fan de Gears… nadie…
Camino al trabajo, mientras escuchaba algo de música, miró hacia el cielo. Las nubes blancas con toques grises le hicieron recordar una retro lancer… cerró los ojos y movió la cabeza tratando de negar lo que había visto y sonrió… al menos no había visto a Marcus; aunque habría sido interesante ver a Anya…
¿En qué momento Gears se había vuelto parte importante de su vida? Probablemente desde el primer día que tomó el control. Quizás había sido ese día en el 2008, ¿o había sido 2009?, que había ido con su mejor amiga, la que era más del tipo Assassins Creed, a jugar Gears 2. Él se divertía mucho mientras ella sufría para manejarlo… después de muchas veces de salvarle la vida a su amiga, al final, ella lo salvó a él. Sí, de eso se trataba: de los buenos momentos que se podían pasar con el juego, ya fuera solo o acompañado. No se trataba sólo de salvar Sera de los Locust, ni de matarlos; no, no, no… se trataba de la amistad y del la cooperación (no importa si tu nombre es Marcus Fenix y el de tu amigo es Dominic Santiago o si te llamas Juanito Pérez y tu amigo… bueno como quiera que se llame); también tiene que ver mucho la confianza, la que existe entre los personajes y la que hay entre tú y el otro, que juega en su casa a través de la red y al que, probablemente, ni siquiera conozcas…
Ese fue su último pensamiento antes de que el trabajo lo absorbiera por completo. Era la única manera en que mantenía el juego fuera de su mente. Pero al llegar a casa, contemplaba la lustroso caja negra que descansaba tranquila debajo de la televisión y se preguntaba qué jugaría esa noche, antes de dormir. Luego, iba hacia el librero y abría el pequeño libro de pasta roja donde guardaba el pedazo de papel que lo acreditaba como dueño del próximo Gears; el tercero y probablemente el último…
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