20090706

Der Ritter und der Teufel

Y conoció a un Caballero,
Hermoso, elegante, de rubio cabello
Y la sonrisa más franca
Y más divina
Que jamás había visto en su vida…
Y el caballero, tan perfecto como el sol
Igualmente cálido era…
Pero a sus ojos también era frágil…
Sabía que debía haber vibrado
Al contacto con su gentil mano
O mientras compartían aquella febril danza
Alrededor del fuego…
Pero no… simplemente no fue así.

El caballero no le quitó el sueño;
Ni tampoco el pueblerino que a su oído
Y sin quererlo susurró palabras…
Palabras para el viento…
Y aunque ese susurro, débil y lánguido
Le hizo estremecerse tampoco tuvo más efecto…

Y es que el que le quitaba el sueño
No era un caballero,
Al menos no como el primero.
Venía por las noches
Y aparecía como ensueño,
Como ilusión, como quimera…
Como el Demonio que era;
Con su sonrisa aterciopelada,
Siniestra y macabra
Y la acariciaba con la fría lengua de una daga…
Y luego la besaba con tanta pasión
Que todo ardía en llamas…
Pero, al final,
Del Demonio no quedaba nada,
Ni daga, ni besos, ni caricias…
Ni esa sonrisa de terciopelo,
Ni sus ojos del color de la luna…
Sólo quedaba el fuego…
Un fuego que quemaba,
Como debe quemar
el fuego del infierno…