20120214

Quejas y regalos

Siempre que llega una fecha especial se esperan ansiosamente los regalos. Si tenemos suerte hay alguien ahí afuera que nos regala siempre lo que queremos. Los más sinceros e inteligentes piden una lista, pa' no errarle y siempre dar un buen regalo.

Sin embargo, lo que acabamos escuchando la mayoría de las veces es a alguien quejándose por lo que le regalaron; que si está feo, que si no era lo que quería, que si el color no me gusta, que si algo hizo y por eso fue el regalo...

Pues bien, he aquí unas de las quejas frecuentes de los que compran regalos.

1. Llega el cliente y empieza a ver. Le gustan 3 o 4 objetos que cree lucirían muy bien en el afortunado al que le regalará al menos unos de esos objetos. Todo es perfecto hasta que pregunta el precio. Su rostro se desencaja, pierde la compostura y exclama: "¡Tan caro!" aunque cueste menos de $100 "Si nomás lo quiero para regalo." Luego mira al vendedor y pregunta "¿No tendrá algo así, como que más baratito, pero igual de bonito?" El vendedor sonríe mientras piensa pinche tacaño y busca algo como lo que le piden. (A esto le llamo: regalo por compromiso o bien Pa'l santo que es y los milagros que hace)

2. Llega el esposo (novio, amante, amigo con derechos, prospecto, pior-es-nada, o como ustedes gusten llamarle) y empieza a ver. Se engancha con un par de cosas y las mira como si temiese se escaparan. El vendedor pregunta inocentemente "¿Cuál se va a llevar" y entonces el pobre hombre lo mira desconsolado y suspira antes de decir: "Me encantaría llevarme este, pero siempre que le llevo un regalo se enoja. Siempre dice que gasto el dinero en estupideces, que debería ahorrar, que no pienso en el futuro...el otro día hasta de tener a otra mujer me acusó..." El pobre hombre vuelve a suspirar, el vendedor, temeroso de acabar de consejero matrimonial o cantinero, busca entonces algo para el caballero. El hombre entonces sonríe y le dice al vendedor, mientras se prueba algún artículo que le sienta bien: "Y pues ya no le llevo nada a la muy desdichada..." (Moraleja: Si se va a enojar de todos modos, mejor me gasto el dinero en mi)

3. Llega el 'regalador' y empieza a ver la mercancia. Después de mucho observar aún luce indeciso. Las frases comunes de este tipo de buscador de regalos son: "Estoy buscando algo así como para una... (niña, adolescente, chava así como de tu edad, una señora de unos 40 años, mi abuelita... [aplica también para caballeros])" El vendedor trata de hallar algo universal que se ajuste a semejante descripción y se lo enseña. El posible comprador pregunta "¿Usted cree que le gustará? ¿No está así como que muy (corto, largo, cursi, masculino, femenino... en fin el pretexto que les venga a la mente)?" El vendedor suspira... "Todo depende de los gustos de (dejémoslo en el afortunado" El 'regalador' acaba por escoger la peor de las piezas y luego duda... "Es que nunca se pone lo que le regalo" El vendedor sonríe y entonces ofrece una solución, ya que no hay quejas por el costo sino dudas de estilo: "Permítame ofrecerle esto" Le enseña un cartón con la leyenda : 'Vale por...' (Moraleja: Ante la duda, no compre, mejor lleve una Tarjeta de Regalo)

Las frases más comunes de los que acaban por no comprar un regalo son:
* Ni se lo pone
* Ni le gusta
* Pa' que se lo llevo, pa' que acabe por ahí arrumbado
* Se enoja si no le llevo, pero me va peor si le llevo

Así que recuerden: A caballo dado no se le ve colmillo; además, siempre queda la bella tradición del reciclaje de regalos...

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