20110913

La Larga Espera

Todos los días, al levantarse, lo primero que hacía era ir hacia su calendario y marcar con una X de color negro el día que comenzaba; luego contaba, uno por uno, los cuadros que faltaban para llegar a la otra marca, el círculo rojo que envolvía el día 20 del noveno mes… faltaban veinte días exactos…

   

 Ese día en particular recordó aquellos días cuando no tenía consola en casa… esos días de época universitaria cuando no podía comprar una y mantener sus estudios, pero que podía darse el lujo de gastar $10 para ir a jugar a uno de esos “antros de perdición” como solía llamarlos su mejor amiga. ¿Cuántas horas pasó jugando Gears of War 1? ¿Cuántos días? ¿Cuántas semanas? ¿Cuánto dinero había gastado? Ahora que lo veía hacia atrás se daba cuenta que hubiera podido ahorrar ese dinero y… pero eso no importaba ya como no había importado en ese entonces… lo que importaba, hacía 5 o 4 años y ahora era sentir la adrenalina correr por su cuerpo mientras sostenía el control en sus manos… Se miró al espejo, aparentaba ser mayor de lo que era, nadie pensaría que él era fan de Gears… nadie… Camino al trabajo, mientras escuchaba algo de música, miró hacia el cielo. Las nubes blancas con toques grises le hicieron recordar una retro lancer… cerró los ojos y movió la cabeza tratando de negar lo que había visto y sonrió… al menos no había visto a Marcus; aunque habría sido interesante ver a Anya… ¿En qué momento Gears se había vuelto parte importante de su vida? Probablemente desde el primer día que tomó el control. Quizás había sido ese día en el 2008, ¿o había sido 2009?, que había ido con su mejor amiga, la que era más del tipo Assassins Creed, a jugar Gears 2. Él se divertía mucho mientras ella sufría para manejarlo… después de muchas veces de salvarle la vida a su amiga, al final, ella lo salvó a él. Sí, de eso se trataba: de los buenos momentos que se podían pasar con el juego, ya fuera solo o acompañado. No se trataba sólo de salvar Sera de los Locust, ni de matarlos; no, no, no… se trataba de la amistad y del la cooperación (no importa si tu nombre es Marcus Fenix y el de tu amigo es Dominic Santiago o si te llamas Juanito Pérez y tu amigo… bueno como quiera que se llame); también tiene que ver mucho la confianza, la que existe entre los personajes y la que hay entre tú y el otro, que juega en su casa a través de la red y al que, probablemente, ni siquiera conozcas… Ese fue su último pensamiento antes de que el trabajo lo absorbiera por completo. Era la única manera en que mantenía el juego fuera de su mente. Pero al llegar a casa, contemplaba la lustroso caja negra que descansaba tranquila debajo de la televisión y se preguntaba qué jugaría esa noche, antes de dormir. Luego, iba hacia el librero y abría el pequeño libro de pasta roja donde guardaba el pedazo de papel que lo acreditaba como dueño del próximo Gears; el tercero y probablemente el último…

No hay comentarios.: