Hola, ya sé q hace mucho q no escribo, es q otra vez tenía broncas con las cookies, pero ya voy a tratar de escribir con más frecuencia. Tenía muchas cosas que escribir y contarles, pero hace una semana cuando traté de retomar el hilo de un escrito al que titulé Casos (y cosas) de la (mi) vida (ir)real, me di cuenta que ya había pasado y q no podía retomarlo, una parte de la superación a un trauma difícil. En fin, les dejo aquí el pedazo q escribí...
CASOS... (y cosas)
DE LA (mi) VIDA (ir)REAL
Lo que les voy a relatar pudo o no haber sucedido, lo cierto es que hace ya mucho tiempo, estaba una chica recostada en la cama de su abuela, no tenía mucho que había llegado de una reunión con sus amigos, en la que había sentido un tremendo vacío (como últimamente era común).En fin, estaba ella recostada viendo un maratón de 'Esposas Desesperadas' - cansada, agotada y terriblemente preocupada por esa sensación de vacío - cuando recibió un mensaje en su celular.Ella levantó por inercia el teléfono y leyó el mensaje que decía así:
"Ya no quiero saber nada más de ti y de P... ese es el precio por traicionar la confianza"
Lo primero que ella pensó fue: "No estoy leyendo bien", y atribuyó a su cansancio la incorrecta lectura del mensaje. Leyó de nuevo y se dijo: "Nooo, no estás leyendo esto. Estás equivocada. Lee de nuevo y verás que todo esto es un error"Así que leyó de nuevo; se talló los ojos y dijo: "esto no es posible, debe haber un error". Una cuarta lectura empezó a dejar ver un atisbo de enojo entre tanta incredulidad... "No lo puedo creer... esto no es posible...¿o sí?".La última vez que lo leyó, la incredulidad desapareció dejando su lugar a una terrible decepción y un gran enojo... su dedo reaccionó ante un impulso y borró el mensaje; acto seguido, contestó de esta manera:
"Esta no es manera de hacer las cosas pero si así lo quieres, está bien. Adiós."
Su respuesta fue una reacción lógica al sentimiento del momento, aunque no demostró cuánto le pesaba sino hasta después, mientras estaba en la computadora conversando con sus amigos por messenger...Entonces, y sólo entonces, lloró. Y lloró porque consideraba que merecía una explicación, aún cuando imaginaba de lo que se trataba. Lloraba, porque pelearse con él le quitaba la única posibilidad de ver o hablar con aquel que le gustaba tanto y que era hermano de quien le enviar el mensaje...
Y pasaron los días... se sentía abrumada, el peso de el asunto era agotador y su mirada estaba más cansina que nunca.
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