Querido diario, heme de nuevo aquí escribiendo desde mi lúgubre hogar. Hoy fue la marcha zombie; muy temprano me desperté y arreglé mis ensangrentadas ropas para salir. Este día fue diferente, días antes la Compañía de Luz y Fuerza había sido tomada y una gran marcha de electricistas había tenido lugar. Pero no sólo por eso era distinta, sino que este año me acompañaron mis nakamas.
Al llegar al monumento a la Revolución, lo encontré encerrado en una cajita de madera... remodelación, supongo q x los 100 años de la Revolución...
En fin, había también unos señores, creo que eran de Luz y Fuerza, busqué a mis congéneres y encontré a mi buen amigo Gero, siempre renuente a asistir a este tipo de reuniones entre zombies. Este año me prometió ir, y ahí estaba. Nos arreglamos para salir, el siempre más pulcro y menos sangrante que yo. El líder daba ya su tradicional discurso recordándonos que era una marcha de protesta por la decadencia de la sociedad. Nuestra amiga Pera, no tardaba en llegar, o al menos eso aseguró, mientras yo me peleaba con mi cámara para poder tomar fotografías.
Conocimos así, al famoso Jesús, quien llevaba un letrero... el letrero decía:
"Morí x tus peca2 y regresé x tu cerebro"
Después vimos a Campanita y a unos niños muy lindos. Uno de ellos hizo que me acordara de cierto amigo... pero bueno. También había unos cirqueros y el gran payaso aquel, tan parecido a Pennywise... así es, Ronald McDonald... Nuestra amiga, como siempre, llegó tarde; esa costumbre que tenía en vida, aún como no-muerta la conserva. Nos quedamos en la parte trasera del contingente y en ese momento ante mis ojos apareció el Diablo, no podía creerlo, pero así era.
Caminamos... estábamos rodeados de fotógrafos y al parecer varios reporteros... muchos se lucían y trataban de atacarlos. Había entre nosotros un vampiro que insitaba a algunos para que atacaran establecimientos. Algunos ya queríamos comernos al vampiro, pero no lo hicimos... tolerancia, es el pregón del líder, así que fuimos tolerantes, hasta donde la paciencia nos lo permitió; de vez en cuando alguien gritaba: ¡Ya cállate, güey!.
Pasando Reforma, encontramos a otra personalidad: un viejito bonachón con larga barba blanca... sí, Santa Claus, sin traje rojo y sin renos, tratando de pasar de incógnito. Me olvidada, alguien llevaba un letrero informando a la gente que el brote que observaban, no era el de la temida pandemia de la influenza A H1N1, enfermedad que mata menos gente que la diarrea o el dengue, sino del virus T.
Cuando pasamos por un McDonalds, Ronald corrió a su amado hogar, aunque parecía que ya nadie lo quería ahí... me había olvidado mencionar de algo impresionante, un perro zombie muy bien entrenado que iba con su amo (que odiaba a los zombies, según un letrero en su bata.) También iban entre nosotros dos grandes luchadores mexicanos: El Santo y Blue Demon. Conseguir una foto de ellos fue una hazaña, tienen tantos admiradores…
Otra celebridad que nos acompañaba era el recientemente fallecido Michael Jackson, se veía tan joven y tan poco descompuesto… también rodeado de fanáticos, pero no tan difícil de obtener una foto.
Había un taquero que luego, luego, nomás divisó una taquería corrió a atenderla, como en los días en que gozaba de vida y color en su ahora pútrida piel. Los que ahí atendían se rieron… este año no bajaron cortinas de ningún establecimiento y mucha gente nos miraba desde balcones como si fuésemos un gran espectáculo… pero qué digo, debemos serlo, supongo que no se ve a diario a unos 300 (según los medios) seres putrefactos y sanguinolentos caminando por el centro histórico…
Cuando llegamos por fin al zócalo, nos encontramos un grupo de apetitosos cerebros, aunque ahora me pregunto porque todos los demás los ignoraron. Ellos, precavidos como ellos solos, tranquilamente se esfumaron, con sonrisas nerviosas en los labios. El líder habló de nuevo y después nos dispersamos. Tomamos fotografías y emprendimos el rumbo a una iglesia, aparentemente en ruinas… realmente hermosa. Ahí fuimos parte de un cortometraje, al que supuestamente debemos regresar el próximo sábado… he de decir que es algo complicado trabajar con vivos… con nosotros también estaba el diablo, al parecer amigo de los vivos y un lindo espantapájaros, seguramente extraviado en esta ciudad…
Al terminar de grabar, prudentemente nos despojamos de nuestra putrefacción y nuestra sangre para ir a comer a un lugar concurrido por los vivos… esto de ser un no-muerto no-vivo en la ciudad más grande del mundo es bastante complicado, pero siempre es mejor si se está con los amigos…
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